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• “Es importante mostrar que somos inmigrantes gays”
• Tribuna Latina, 2008-07-16 # Mariana Cantero

“Hace unos 5 años varios inmigrantes participábamos en la coordinadora gay-lesbiana. Pero nos dimos cuenta de que la realidad que vivíamos era mucho más dura que enfrentar, asumir o vivir la homosexualidad, porque teníamos que luchar también con el tema de la inmigración. La llegada a una nueva sociedad y cultura, nos provocaba más problemas; había que salir del armario y además integrarse a una cultura distinta a la que conocías. Encajábamos dentro de las asociaciones, pero no nos sentíamos parte al 100% de ellas. Si éramos cero positivo podíamos ir a una asociación de cero positivos, pero eso no llenaba nuestras expectativas. No queríamos que ningún otro inmigrante pasara por el proceso de adaptación que habíamos tenido que pasar nosotros”, explica Jose Carreño. Así nació la Asociación Catalana para la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (ACATHI).


La entidad es un espacio singular que ofrece servicio de acogida, jurídico, psicológico, deriva a los servicios sociales del Ayuntamiento y trabajo en red con otras asociaciones. “Estamos muy integrados con las diferentes administraciones, lo que nos permite conocer los recursos y trabajar en red, con agrupaciones de inmigrantes y otras entidades”, comenta Carreño, presidente del colectivo. También ofrece cursos de catalán, formación de voluntarios y participa en ferias y eventos para darse a conocer.


Al trabajar por la normalización, ACATHI (que aglutina a unas 20 personas) participa en muchas redes que no tienen que ver directamente con los gays, lesbianas y transexuales. “Tenemos usuarios de todas partes (aunque la gran mayoría son latinoamericanos), somos de distintos países y también recibimos heterosexuales, porque realmente queremos normalizar el tema. La integración es la meta final”, apunta el vicepresidente Rodrigo Araneda.


España y Latinoamérica: distintas realidades
“Venimos de América Latina, que es muy machista y donde se nos castiga mucho. Una de las razones de emigrar para muchos fue buscar un poco de paz. Además, muchos somos cero positivos y la realidad allá en relación a la medicación, era una cuestión de vida o muerte, porque muy pocos países tenían universalizada la atención. Muchos gays han emigrado donde la sanidad cubra la atención”, explica Carreño.


Pero este no es el peor fantasma al que se enfrentan. “No tengo miedo a vivir esto, sino otras cosas, como repetir el esquema de nuestros países de origen. Muchos aquí no salen del armario por temor, se vuelven a juntar con los mismos y repiten lo de antes. Cada uno vive como quiere, lo importante es saber que aquí las personas están educadas de una manera distinta. En una ciudad como Barcelona la gente no se preocupa tanto de con quién duermes. En gran parte de las comunidades de vecinos hay una pareja homosexual. Que esto exista y no sean acosados, como pasaría en nuestros países, ya es algo”, resume.


Matiza que en Barcelona y Madrid se puede vivir relativamente tranquilo, pero no en España en general. Hay muchas ciudades donde “la homosexualidad sigue siendo tan castigada como en América Latina”.


Lynn Bocure, una de las primeras lesbianas en incorporarse a la entidad, aporta otro recorte sobre la realidad española. “La invisibilidad en el mundo lésbico es mucho mayor. En Colombia estos grupos apenas están formando y se empieza a aceptar el lesbianismo. La cultura es que no importa, mientras no dejes a los hombres. Ha habido muchos casos de personas asesinadas y violadas, disfrazados detrás del conflicto colombiano, así como muchos desplazados por haber reconocido su condición sexual públicamente. Y aquí una cree que el tema de la visibilidad es distinto, pero yo la verdad es que veo que también hay que fortalecerlo”, razona.


Para despejar el camino de la visibilidad, explican, hay que dar la cara y salir cuando y donde se pueda. “Es duro porque muchas veces atenta contra tu vida personal, pero si has elegido esto no descansas hasta el final. Es muy importante que la gente vea que somos inmigrantes gays, que no tenemos problema en decir que somos cero positivos y en transmitir nuestra realidad desde la forma más positiva que se pueda. No tendremos la posibilidad de hacer pública nuestra condición porque en las sociedades de las que venimos sigue siendo un estigma. Por lo tanto nos ha tocado ser los primeros del frente y el trabajo viene también para las próximas generaciones”, dice Carreño.


En diciembre la asociación celebrará sus cinco años. En el futuro intentarán traspasar los logros a sus países de origen. “Es como hacer una devolución. Cada vez que aparecemos en un medio de comunicación hay una repercusión en nuestros países, debate y se muestra a otros que emigran por su orientación sexual. En ese sentido, queremos iniciar una línea de cooperación internacional, pero no para invertir grandes sumas de dinero porque no la tenemos, sino para influenciar en los procesos sociales en nuestros países”, remata Araneda.