2008/02/21

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  • La rivalidad entre jóvenes conflictivos originó la paliza a la chica de Ermua
  • Una de las agresoras es una joven de 16 años que ha sufrido «serios desajustes familiares», según Educación. La adolescente había amenazado con suicidarse
  • El Diario Vasco, 2008-02-21 # Javier Peñalba · DV · San Sebastián

La brutal agresión que sufrió la menor de 15 años en una cancha deportiva de Ermua a manos de seis adolescentes tiene su origen en una rivalidad entre jóvenes que presentan problemas de adaptación social y, en algunos casos, desequilibrios psicológicos. Así se desprende de las indagaciones que tanto agentes de la Ertzaintza que investigan el caso como responsables de Educación han realizado con la finalidad de esclarecer las circunstancias que desencadenaron la paliza. El Departamento de Educación del Gobierno Vasco hizo público ayer un comunicado en el que precisó que una de la presuntas agresoras, de 16 años, «ha sufrido serios desajustes familiares» y que la semana pasada amenazó con un intento de suicidio. Asimismo, señaló que la víctima es una adolescente hiperactiva y que su relación con los demás alumnos es «conflictiva».


La agresión se produjo el domingo día 10, en las pistas exteriores del centro educativo Ongarai -un recinto abierto al público por su carácter deportivo- y fuera del horario escolar. La víctima fue agredida por media docena de adolescentes, dos de ellas conocidas suyas. En el transcurso de los incidentes, la joven fue golpeada con una barra de hierro, le orinaron encima, le quemaron el pelo y le arrollaron con una moto.


La Ertzaintza, que investiga los hechos, habría ya identificado a dos de las presuntas agresoras, si bien se espera que en breve pueda poner a todos los menores implicados en los hechos a disposición de la Fiscalía de Vizcaya. Entre los agresores se encontrarían chicas que habrían pertenecido a su propia pandilla. El juzgado de Durango que instruye el caso mantiene secretas las diligencias.


Desajustes
De acuerdo con las primeras averiguaciones, la agresión tiene su origen en una conflictividad y rivalidad entre adolescentes que presentan dificultades en la escolarización, problemas de adaptación en el entorno familiar y social, además de alteraciones psicológicas, en alguno de los casos.


El Departamento de Educación del Gobierno Vasco confirmó ayer en parte estas circunstancias. Mediante una nota, la consejería que dirige Tontxu Campos indicó que una de las alumnas que tomó parte en la agresión ha sufrido «serios desajustes familiares». Recordó que esta docente llegó al centro escolar Anaitasuna Ikastola hace dos años procedente de un piso de acogida. Educación subrayó que «ante los problemas de comportamiento y falta de integración» en dicho centro, el curso 2006-2007 fue enviada a un programa complementario, donde ha sido objeto de un seguimiento «individualizado», se indica en el comunicado.


Las mismas fuentes añadieron que la alumna está sujeta a medicación, aunque precisó «no suele seguir el tratamiento médico indicado». Esta falta de seguimiento de la prescripción facultativa podría estar en el origen de una amenaza de intento de suicidio que la menor protagonizó la semana pasada, según desveló la consejería. El departamento señaló que el amago de autolisis se produjo después de que la chica fuera objeto de amenazas.


Esta alumna había sido expulsada del Centro de Iniciación Profesional de Mallabia, aunque dado que no había concluido la escolarización obligatoria seguirá en la Ikastola Anaitasuna, «con la misma atención individualizada que hasta ahora ha venido recibiendo», afirmó Educación. Las mismas fuentes explicaron que la menor fue recogida ayer por su madre y añadieron que era previsible que «por un tiempo» no volviera al centro escolar.


Esta joven protagonizó hace algún tiempo otro episodio de violencia. Entonces, su víctima fue una docente del centro escolar.


«Conflictiva»
El departamento de Educación también se refirió a la joven agredida. Indicó que, al igual que la agresora, fue trasladada a los programas complementarios del CIP de Mallabia. Afirmó, igualmente, que está diagnosticada de hiperactiva y que su relación con los demás alumnos de la ikastola es «fuertemente conflictiva».


Educación informó de que la semana pasada comenzó las gestiones para clarificar lo sucedido y hacer un seguimiento de ambas alumnas junto con los servicios sociales del Ayuntamiento de Ermua.


La noticia de la brutal agresión generó ayer numerosas reacciones. El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, que calificó la paliza de «barbaridad» y consideró que «este tipo de actos demuestran que algo está fallando en nuestra sociedad y en el ámbito de la convivencia», aunque matizó que se trata de un «hecho excepcional».


Azkarraga se mostró reacio a enmarcar esta agresión dentro un caso de acoso escolar porque «después de lo ocurrido en Hondarribia en el caso de Jokin -el escolar de 14 años que se suicidó en septiembre de 2004 tras haber sido víctima de vejaciones de algunos de sus compañeros- nosotros no hemos tenido más casos en nuestros centros de menores».


Responsabilidades
El alcalde de Ermua, Carlos Totorika, expresó su confianza en que las responsabilidades de la paliza sean «depuradas hasta sus últimas consecuencias». En un comunicado leído en rueda de prensa, el alcalde, indicó que cualquier agresión «es inaceptable e injustificable» e hizo un llamamiento a mantener la «prudencia» sobre este caso, porque implica a menores.
Totorika, que eludió dar detalles sobre los hechos acaecidos por no disponer de información completa sobre los mismos y por respeto al secreto sumarial, expresó el compromiso del Ayuntamiento de Ermua de prestar «toda la colaboración» que pueda ser requerida por los jueces y por la policía en la resolución de este suceso. El primer edil dijo que, «por desgracia», la agresión sufrida era «una manifestación de la problemática existente en la sociedad en que vivimos y contra la que siempre hemos trabajado desde el municipio».


«La niña está mucho mejor», afirma su madre
La madre de la menor que resultó herida tras la paliza manifestó ayer a este periódico que «la niña se encuentra mucho mejor». La progenitora, sin embargo, rehusó hacer cualquier tipo de declaración relacionado con lo ocurrido. A las 9,45 horas de la mañana, la madre se encontraba en la habitación 459 del Hospital Donostia acompañando a su hija, que sólo unas horas más tarde recibió el alta médica después de haber permanecido ingresada desde hace diez días. Fuentes de Osakidetza indicaron que la menor fue operada el lunes día 11 de las graves lesiones que padeció en su ojo izquierdo y, tras la favorable evolución que ha seguido, ayer abandonó el centro sanitario. Debido a la intervención, la adolescente exhibe un parche en el ojo operado. No obstante, según las mismas fuentes, tendrá que someterse a revisiones y será atendida nuevamente por los servicios de cirugía maxilofacial y oftalmología, que participaron de forma conjunta en la operación, ya que, además de las lesiones en el ojo, presentaba golpes en la cara.

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